“Casi nos quedamos sin el FIB”.
Esta afirmación era algo habitual hace años para aquel que os habla, y para muchos de vosotros cuando llegaba la época estival. Era difícil elegir a qué festival ir en verano, las posibilidades y ofertas eran muchas y variadas, inflando carteles con nombres de grandes bandas para intentar ser el evento del verano.
Me acuerdo que el punto de saturación máximo llegó en el 2008, que fue la última vez que aquél que suscribe, fue a algún festival de verano, en concreto al Festival Internacional de Benicassim. Me acuerdo que el festival ya por aquel entonces tras vivir 8 ediciones anteriores, había dejado de tener cualquier tipo de interés en lo musical para mí, siendo el único el ir con mis amigos de vacaciones, como nuestro taxista favorito bien puede atestiguar.
El cartel, no poseía casi ninguna banda que me hiciera vibrar lo suficiente como ir al festival por ella, teniendo en cuenta que incluso no tenía que pensar en gastarme los 180 o 200 eurazos que creo que valía la entrada por entonces, al ir acreditado como prensa.
Ni con esas disfruté de esta mi última edición en dicho festival, que tan gratos recuerdos y sensaciones me había despertado en anteriores ocasiones, ya que para aquella edición mi único acicate era poder ver en directo a Enrique Morente con Lagartija Nick, en lo que a posteriori se ha convertido en un concierto mítico. Ni Babyshambles, ni Raconteurs, ni Gnarls Barkley o Siouxxie, me hicieron vibrar lo más mínimo, dando paso a una apatía terrible por este tipo de eventos, en la última edición dirigida conjuntamente por los creadores del evento, los hermanos Morán.
Además, la idiosincrasia particular de aquella edición fue el enfrentamiento veraniego con el otro coloso festivalero como era el Summercase, el cual terminó naufragando ante el envite fenomenal de una fiesta especulativa en Madrid como fue el Saturday Night Fiber, que fue un auténtico fracaso de ventas pero que sirvió para ser el Rigor Mortis definitivo para el festival creado por el desaparecido sello Sinammon.
Desde entonces hasta ahora, ya me ha dejado de interesar totalmente lo que se produzca en eventos musicales veraniegos, ya que aquellos 2 o 3 veranos de finales de la primera década de los dos miles, me agotaron del todo con la multiplicación de los mismos. A mí que se especulara de esta manera tan escandalosa con nuestra afición a la música en directo, en unas fechas ideales para disfrutar de la música al aire libre, fue algo que mató algo en mi interior, al igual que he contado que también me ha dejado de interesar por otras razones la música que se hace en la actualidad.
Todo esto viene por un titular que no es para nada tan divertido como el que sí tendremos dentro de un rato en la sección de titulares de mano de Mortzestus, como es el hecho de que el Festival de Festivales independientes en España, el pionero en muchos aspectos, y mi favorito por cuestiones personales y emocionales, como es el Festival Internacional de Benicassim, ha estado a punto de desaparecer. Ha habido rumores durante los últimos días que saltaron incluso a la prensa nacional, de que iban a confirmar la posible no celebración de la edición de este año 2013 de dicho Festival, algo que a muchos de nosotros nos produjo un miedo atroz, y una pena aún mayor. Al final la sangre no ha llegado al río, y un evento que contará con bandas tan dispares y potentes como Queens Of The Stone Age o The Killers, verá al final la luz. Si es por pura especulación o por miedo a que dejemos de contar con él y lo valoremos un poquito más ahora que todavía lo tenemos, desde luego ha hecho que al menos yo, reflexione un poquito sobre lo que significa para mí los festivales veraniegos en general, y este festival en particular. Reivindicamos una vez más desde aquí, al Festival Internacional de Benicassim.
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