LA FRUSTRACIÓN DE NO SABER ACABARLO BIEN.

  • AUTOR: // SECCIÓN: Diagnóstico, Trazos

    1 Comentario

    20th Century Boys

    También me quedé así al final de vuestra historia.

    No hablo de ningun componente sexual, para variar, con el título de este diagnóstico. Amiguitos y amiguitas, no os preocupéis por mí en ese sentido, puede ser una de las pocas cosas en mi vida de las que no me puedo quejar del todo.

    Pero sí que es como un coitus interruptus o un gatillazo fatal, cuando estoy en pleno orgasmo vital o en uno de los momentos cumbres de lectura de uno de mis mangas o en el visionado de mis animes favoritos. Es decir, después de cientos de tomos o capítulos, cuando se va avecinando el desenlace de la historia por la que he pasado tantas horas de aventuras y desventuras, de locura y pasión, y ese final, cuando éste llega, resulta que desgraciadamente no era para tanto.

     

    Hemos hablado de ello en muchas ocasiones, pero desde luego y aunque las comparaciones son odiosas, me cuesta encontrar en cómics americanos o europeos, el punch que sí obtengo en el manga, ya que en éstos anteriores se denota, en muchos casos, la escasez de historias y personajes atractivos, novedosos y con carisma. Pero no olvidemos, que estoy hablando de mangas más allá del shonen o el shojo más popular, hablo en todo caso de obras con un componente más transcendente o intencional.

    Y ejemplifico a continuación. He conseguido llegar a esa sensación casi orgásmica en los últimos años con autores y obras como Matsumoto Taiyou (responsable de Tekkon Kinkreet), Hiroyuki Imaishi (creador de Tengen Toppa Gurren Laggan), y por supuesto con el maestro Naoki Urasawa, del cual hablamos en nuestro último programa.

     

    Pero si ya me pasaba hace veinte años, un cuarto de lo mismo, con otros autores míticos y ultraconocidos como eran Katsuhiro Otomo o Masamune Shirow. Sus obras más famosas e importantes, las que les han convertido en lo que son: Akira o Ghost in the Shell, al final no dejan de ser una paja mental de puta madre, con tienen unos finales tan crípticos o de superfluo significado, que uno se queda con ganas de más en muchos sentidos. Puede que sea que mi limitado intelecto no alcance a entender el mismo, o que la mentalidad occidental no llegue tampoco a captar todos los matices que pretenden darle a las mismas, pero para que yo pudiera ensalzar alguna de estas obras como por ejemplo, Monster o 20th Century Boys, como imprescindibles, deberían intentarles dar un final más redondo, comprensible, inteligible para otras mentalidades más ajenas a su cultura propia. A lo mejor no soy más que un náufrago en este mar de desenfeno friki, pero seguro me quedo al menos con lo bien que me lo han hecho pasar durante su lectura o visionado, lo cual no puedo recomendar que dejéis de hacer.

COMMENTS

1 Response to La frustración de no saber acabarlo bien.

  • LAGRY wrote on June 6, 2012 at 10:47 // Reply

    Yo creo que se puede disfrutar las obras separándolas del final mierdero que muchas de ellas tienen, señor Freakman.

    Si no, Alta Tensión, El Club de la lucha, El maquinista y muchas otras de finales ponzoñosos no podrían ni siquiera degustarse.

    No sé si vieron ustedes este film pero permítanme que les ponga por aquí el trailer porque esto es una gozada.

    ADAM CHAPLIN

    Un italiano que escribe, dirige y protagoniza este verdadero homenaje al Puño de la estrella del norte, La historia de Ricky Oh, etc.
    Amateur pero muy serio, oigan.

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