VAYA GILIPOLLAS…

  • AUTOR: // SECCIÓN: Diagnóstico, Ruído

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    Sabelotodo

    ¡Cuidado! Wikipedia andante.

    Sí a veces reparto hostias a los que no respetan mi forma diferente de ver las cosas. Pero otras también me gusta criticar en estos diagnósticos a los que se suponen que ven la vida de forma parecida, (o al menos deberían) al compartir una serie de aficiones minoritarias, con el afán de ser lo más objetivo posible.

     

    Menos mal que no creo que escuche esto alguno de mis allegados por si acaso se pueden sentir reproducidos por lo que voy a describir a continuacion (ya que utilizo estos diagnósticos no como misa sino más bien para expiar y compartir mis lamentos al vacío radiofónico e internáutico). En primer lugar, ¿no habéis pensado alguna vez que cerca de vosotros tenéis personas de las que pensáis eso de “vaya gilipollas…”? Es decir, personas que no sabes bien cómo cojones han acabado acercándose a tí  y que no sabes porqué pollas no los mandas a la mierda, aunque siempre hay una excusa para no hacerlo: que si son amigos de amigos y hay que aguantarlos para que no haya malos rollos, que si son personas que te aportan mucha informacion respecto a una pasión que compartes…

    Bufff, cuántos de esos tenemos en las diferentes esferas de nuestras vidas, amiguitos. Pero de verdad, ¿merece la pena aguantar a esos gilipollas? Gente que, por ejemplo, por mucho que te aporten, tienes que soportar a pesar de su ego incontrolado de freaks incomprendidos, y claro está, todo lo que no sea freak es una mierda… O si una persona tiene el defecto de ser más atractiva o social, aunque sienta la misma pasión que por los cómics o el cine de culto, ya es una moderna de mierda o una fashion. Mira, la muy zorra, mírala como desfila y zorrea por todas partes con ese cuerpecito y esos bolsitos de Pesadilla Antes de Navidad. No se merece llevar la ropa basada en la obra de Tim Burton o leerse los tebeos que la dejo sólo para intentar pasármela por la piedra, que es para lo que realmente vale.

    Son estos detalles los que me tocan los cojones, detalles nimios y totalmente prescindibles, pero que te hablan en profundidad de la bajura de ciertos seres humanos, independientemente de sus aficiones o gustos personales. Son gilipollas de tomo y lomo. Estoy hasta la polla de las bibliotecas andantes que solo repiten como un loro datos de la Wikipedia y que te juzgan por haber visto o no, tal o cual película. Son máquinas de sentir amorfas en lo físico y en lo psíquico, que no son capaces de darse cuenta de que estas aficiones son para compartir, no para apropiarse de ellas y que cuanto más se extiendan, más respeto e importancia recibirán las mismas. Conozco, por otro lado, personas que son verdaderas máquinas de sacar el fondo y la esencia a las cosas. Por ejemplo, mi amigo Asier Crespo es una verdadera enciclopedia cinematográfica no sólo de datos sino de la extracción de conclusiones vitales de cada una de las charlas sobre cine que he mantenido con él y nunca estará en ningun foro, blog o medio de comunicación alardeando de su agudeza mental a pesar de que haría que muchos comunicadores de medios nacionales palidecieran de lo preclara de su visión personal.

     

    Pero el ego, amiguitos, es un peligro en cualquier parcela vital y en esta del frikismo también. Tenemos suerte de que en esta Parada de los Monstruos, tanto los que formamos parte de ella como los que estáis al otro lado, tenemos ese comportamiento ejemplar que nos distingue de todo eso que mencionaba antes y de todos los gilipollas que nos rodean y a los cuales deberíamos en algún momento dar un soplamocos a destiempo sin acritud alguna.

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