NOS HA TOCADO EL GORDO OTRA VEZ.

  • AUTOR: // SECCIÓN: Diagnóstico, Press Start

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    Wayne LaPierre

    Wayne LaPierre. educador por la ciudadanía.

    En esta ocasión no me refiero al Gordo de los 4 millones de euros, que se ha llevado algun afortunado en el sorteo de hace unos días, sino a otro tipo de suertes que parece que no nos quieren abandonar.

    Una suerte que creíamos ya superada, aunque las masas informes no terminan en muchos casos de distinguir los matices y diferencias fundamentales entre ser “normal” o no, por la existencia de un respeto tácito, en forma de cachondeo pueril, a lo que se mete en un mismo saco con el signicado “friki”.

     

    Pero noooo, amiguitos, todavía no ha desaparecido del todo el germen del odio hacia lo diferente desde muchos ámbitos, más de lo que desgraciadamente nos gustaría admitir. Aprovechar sucesos tan nefastos como los que tuvieron lugar en un colegio infantil en Connecticut, y que acabaron con más de una veintena de muertes de niños y profesores, es un acto realmente pueril.

    Porque, según rezaban los principales rotativos americanos de tirada nacional, es irónico como una asociación con la ANR (Asociación Nacional del Rifle), es capaz de atribuir a los videojuegos la culpa de lo allí sucedido, por la mala influencia que provocan en los niños y adolescentes. Dicen que hay que tener cuidado con los trastornos psicológicos y los impulsos violentos  que pueden provocar en ellos. Entonces me pregunto: ¿acaso es mejor que cualquier gilipollas, cualquier mendrugo sin masa cerebral, por el mero hecho de haber nacido americano y porque un papel de hace más de 200 años lo reza, pueda acceder a un arma de fuego sin apenas trabas burocráticas o exámenes de capacidad psicologica?

    De verdad que no daba crédito cuando Wayne LaPierre, vicepresidente ejecutivo de la ANR, salió hablando en público culpando de la mala influencia de los videojuegos y argumentaba en defensa de las armas: “que sólo un hombre bueno armado puede hacerse cargo de un hombre malo armado”. ¿Y no es esa una promoción gratuita de la violencia, en vez de promover la educación y la prevención?

     

    Yo llevo jugando a los videojuegos desde los 10 o 12 años y excepto algún chillido que le he pegado a mi madre cuando estaba en lo mejor de una partida, hasta la fecha no me he cargado a nadie que no estuviera dentro de la pantalla. Menos mal que, para bien y para mal, es un hecho que ya nadie se puede creer lo que este señor argumenta defendiendo una industria multimillonaria en detrimento de otra, la de los videojuegos, que está actualmente por encima de la armamentística o la de Hollywood en cuanto a régimen de importancia. Para bien y para mal, los freaks somos más de los que pensamos y somos más rentables que los señores que se dedican a guardar un arma real en su casa. Yo desde luego prefiero las armas virtuales y otra muy poderosa, la de la palabra, para no dejar que nos tomen el pelo una vez más.

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