“Un poco de esperanza de cara al cine del nuevo año”.
Se acaba 2013, un año castellano y castizo, ya que ha sido seco, duro y amargo, y en el que nos ha tocado vivir muchas apreturas y esfuerzos a todos, a pesar de que nos tratan de vender la idea que ya estamos saliendo de la crisis. Y yo digo, los cojones 33. Ha sido un año en el que se han alcanzado records como el de mayor cifra del paro jamás alcanzada en nuestro país, en el que se han recortado derechos sociales, laborales y de expresión más que nunca en la historia de la democracia, y en el que estamos seguramente, un poquito peor aun que en 2012.
Se acaba 2013, un año castellano y castizo, ya que ha sido seco, duro y amargo, y en el que nos ha tocado vivir muchas apreturas y esfuerzos a todos, a pesar de que nos tratan de vender la idea que ya estamos saliendo de la crisis. Y yo digo, los cojones 33. Ha sido un año en el que se han alcanzado records como el de mayor cifra del paro jamás alcanzada en nuestro país, en el que se han recortado derechos sociales, laborales y de expresión más que nunca en la historia de la democracia, y en el que estamos seguramente, un poquito peor aun que en 2012.
Pero bueno, con este diagnóstico de hoy no quiero hacer una apología contra la situación política o económica que nos ha tocado vivir este año. Lo que me interesa hacer es un balance, en concreto uno sobre una de nuestras aficiones favoritas, de lo que ha supuesto este año en el celuloide.
Como siempre, desde La Parada de los Monstruos, nos hemos acercado a nuestro particular modo al séptimo arte, hablando sobre la actualidad como excusa para realizar nuestros monográficos y especiales, en los que la nostalgia es uno de los elementos principales. Hablamos en su momento de directores como Harmony Korine o Robb Zombie, sobre el cine de kaijus por el estreno de Pacific Rim, o de las series de los 50 de Superman cuando estrenaron El Hombre de Acero.
Lo hemos hecho porque este año ha sido muy entretenido en lo que a cartelera se refiere. En mino ha sido un año en el que haya habido estrenos de esos que pasan a la historia del cine, ni para crítica ni para público. NI un año en el que la gente haya acudido en masa a las salas, pero vuelvo a reiterar que ha habido una clase media de pelis muy solvente y divertida, como luego dentro de un rato concretaremos en el resumen de lo mejor y lo peor del año.
Un año en el que el cine de género ha vivido alguno de sus mejores momentos, y en el que el cine español ha vivido el fin de una política de amiguismo y despilfarro de dinero público. Ha sido en el que se han cerrado mayor número de salas de cine, y en el que las que han quedado abiertas lo han tenido que hacer reinventando el negocio para atraer a un público que prefiere quedarse cada vez más en casa con unos televisores y sistemas cada vez más competitivos.
El 2013 lo recordaremos por un año en que la gente estaba más preocupada por el final de Breaking Bad o Dexter que por el estreno de la segunda parte del Hobbit. Un año en el que los que tenemos esperanza en que una nueva industria cinematográfica es posible, hemos podido ver que hay luz al final del túnel, y afrontamos un 2014 con muchas ganas de ver buen cine, para poder compartirlo un año más, con todos vosotros a través de los micrófonos de nuestro circo ambulante. Un año más, gracias por estar ahi.Se acaba 2013, un año castellano y castizo, ya que ha sido seco, duro y amargo, y en el que nos ha tocado vivir muchas apreturas y esfuerzos a todos, a pesar de que nos tratan de vender la idea que ya estamos saliendo de la crisis. Y yo digo, los cojones 33. Ha sido un año en el que se han alcanzado records como el de mayor cifra del paro jamás alcanzada en nuestro país, en el que se han recortado derechos sociales, laborales y de expresión más que nunca en la historia de la democracia, y en el que estamos seguramente, un poquito peor aun que en 2012.
Pero bueno, con este diagnóstico de hoy no quiero hacer una apología contra la situación política o económica que nos ha tocado vivir este año. Lo que me interesa hacer es un balance, en concreto uno sobre una de nuestras aficiones favoritas, de lo que ha supuesto este año en el celuloide.
Como siempre, desde La Parada de los Monstruos, nos hemos acercado a nuestro particular modo al séptimo arte, hablando sobre la actualidad como excusa para realizar nuestros monográficos y especiales, en los que la nostalgia es uno de los elementos principales. Hablamos en su momento de directores como Harmony Korine o Rob Zombie, sobre el cine de kaijus por el estreno de Pacific Rim, o de las series de los 50 de Superman cuando estrenaron El Hombre de Acero.
Lo hemos hecho porque este año ha sido muy entretenido en lo que a cartelera se refiere. No ha sido un año en el que haya habido estrenos de esos que pasan a la historia del cine, ni para crítica ni para público. Ni un año en el que la gente haya acudido en masa a las salas, pero vuelvo a reiterar que ha habido una clase media de pelis muy solvente y divertida, como luego dentro de un rato concretaremos en el resumen de lo mejor y lo peor del año.
Un año en el que el cine de género ha vivido alguno de sus mejores momentos, y en el que el cine español ha vivido el fin de una política de amiguismo y despilfarro de dinero público. Ha sido en el que se han cerrado mayor número de salas de cine, y en el que las que han quedado abiertas lo han tenido que hacer reinventando el negocio para atraer a un público que prefiere quedarse cada vez más en casa con unos televisores y sistemas cada vez más competitivos.
El 2013 lo recordaremos por un año en que la gente estaba más preocupada por el final de Breaking Bad o Dexter que por el estreno de la segunda parte del Hobbit. Un año en el que los que tenemos esperanza en que una nueva industria cinematográfica es posible, hemos podido ver que hay luz al final del túnel, y afrontamos un 2014 con muchas ganas de ver buen cine, para poder compartirlo un año más, con todos vosotros a través de los micrófonos de nuestro circo ambulante. Un año más, gracias por estar ahi.
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