PIONEROS

El diagnóstico del programa de hoy pretende ser una reflexión en voz alta, de uno de los temas que vamos a tratar a continuación en el programa de hoy, de qué es el cine cutre o malo. Pero antes de entrar en detalle en ese debate mortal que vamos a tener en el programa de hoy entre los miembros del Freak Team, quería reflexionar sobre los pioneros de ese cine conocido modernamente como cutre, serie B o Z, bizarro, underground o de culto, a través de personas que no sabían lo que hacían en su momento, y que realmente creían que lo que hacían era cine en mayúsculas, independientemente de las etiquetas que se le quieran poner.
Tendemos a etiquetar todo, porque nos gusta ponerle un nombre para saber cómo referirnos a ello, sobre todo a lo desconocido para intentar hacerlo nuestro de algún modo. Un ejemplo de ello es que gracias a gente como el tan denostado en los últimos tiempos, Tim Burton, nos dieron a conocer una realidad, si no desconocida, sí oculta o soslayada para la inmensa mayoría. La existencia de autores como Ed Wood, nos sorprendió y conmovió a muchos, mostrándonos una realidad entrañable y patética a la par, y con la que nos sentimos muy identificados también.
Aunque nadie ha inventado nada, ni siquiera Burton o el homenajeado Ed Wood, si que fuimos conscientes por primera vez de que había una vida entrañable y casi heroica, detrás de la figura de los primeros directores de serie b. Era un cine, que en su momento se exhibía en salas de cine secundarias, y que tenía un circuito de producciones infames para hacer pasta rápida y de consumo digerible para las masas de jóvenes que no tenían todavía Twitter o Instagram, y se tenían que divertir con este tipo de subproductos cinéfilos.
Lo que en su momento se consideró cine de clase B por un término puramente mercantilístico, y obviamente denostado como producto desechable de usar y tirar, fue evolucionando hacia un mercado underground y de culto, que empezó a escarbar un poco bajo su propia superficie para indagar qué es lo que había debajo de la alfombra de la Serie B. Y es así como gracias a aquellos inquietos universitarios y corrientes intelectuales de la nueva era de los años 70 y 80, que pudimos redescubrir a todos estos “genios y figuras” del cine malo viejuno.
A partir de entonces, poco puedo yo aportar más acerca de la evolución de circuito de cine de clase B, que no se pueda encontrar en la Wikipedia, pero sí lo que yo considero personalmente acerca si no de este cine (algo que prefiero entrar en detalle a continuación), sí de estos pioneros. Yo me pongo en su situación, y su papel no debió ser tan fácil y romántico como nos lo cuenta Tim Burton en su película.
Yo lo extrapolo al mundo de la radio, por ejemplo. Cuando hablas de un tema como es la cultura underground o freak, que no interesa a casi nadie por ser tan minoritario, es dificil que llegues a una gran cantidad de gente, sobre todo si existen prejuicios contra esas temáticas específicas, y para ese tipo de cine malo o cutre en concreto. Pero lo maravilloso es que esos grandes pioneros, lograron con su esfuerzo y el reconocimiento, que aunque tardío, fue reconocimiento al fin y al cabo, llevarlo también más allá en el olimpo de los dioses del celuloide, aunque no quizá del modo que ellos esperaban.
Por eso, aunque he hablado mil veces de ello en La Parada de los Monstruos, Ed Wood no habría llegado nunca adonde lo hizo, si no hubiera sido por sus amigos, tanto los que le ayudaban a rodar sus películas, como los que las veían a pesar de lo malas que eran. Algo así parecido a lo que nos pasa a nosotros con nuestro Freak Team, a un lado y otro del aparato receptor. Muchas gracias una vez más por estar ahí.