AMOR DOMÓTICO.

  • AUTOR: // SECCIÓN: Zoo

    No hay comentarios

    Robots in love

    ¿Realidad virtual?

    Me pongo un poco más serio de lo habitual, queridos amigos freaks, pero es que el tema de la tecnología y sus impactos y consecuencias en nuestras vidas, es para tomárselo así.

     

    Aunque quede un poco ñoño lo que voy a decir a continuación, uno de los sentimientos universales y que hacen que el mundo se mueva en una u otra dirección, que ha provocado guerras, decidido el rumbo de países o cambiado para siempre la historia, es el amor.

    En sus formas ha podido cambiar mucho, desde esa imagen del cavernícola arrastrando a la doncella del pelo para llevarla a la cueva, pasando por los trágicos y sufridos amores grecorromanos de las tragedias clásicas, o por los amores de almena y laúd de la Edad Media, o incluso por el romanticismo más trágico aun del siglo XIX. En el fondo siempre ha habido un sentimiento parecido de fascinación y de idealización del otro, del ser amado, un sentimiento de falta fundamental en nuestras vidas si no tenemos aquello que añoramos, el amor correspondido de aquel o aquella que amamos.

    Virtual Love

    Pero algo ha cambiado en la era de la comunicación global, y es el atroz individualismo al cual estamos sometidos, en los que el desarrollo de nuestra propia voluntad y deseos están por encima de los anhelos de completismo para formar una pareja que tenían nuestros antepasados. Nuestros padres  podrían haber sido los últimos en ser totalmente ajenos a la soledad individualista de la globalización de sentimientos actual.

    Son increíbles las ganas que tenemos de encontrar a alguien que refleje nuestros anhelos y esperanzas en el sentido romántico del término, pero el recurrir a chats, foros, ciberamigos de redes sociales y un largo etcétera para la búsqueda de pareja. Todo  ella  refleja perfectamente lo que quiero decir acerca de la tecnificación de nuestros sentimientos. Nos convertimos en robots de la emoción.

     

    Lo que más me turba de todo esto, es que cualquiera de nosotros decimos que no es posible que algo así nos pueda afectar. Sin embargo, seguro que más de alguno se puede reconocer en alguno de los protagonistas de esas historias de típico adolescente ciberpajerillo, con más granos que una paella debido a las pajas, que quiere conocer a su ciberamor y acude al Diario de turno de APENAS 3, para descubrir que la persona en la que él tenía depositadas todas sus esperanzas de correspondencia, podía haberla conocido antes si hubiera visitado el delfinario de Liberad a Willy. O, ¿no conocéis a nadie que simplemente haya roto con su ex-rollito por el móvil, no es esa una forma fría, sin alma y que cumple con todo lo dicho antes?

    Por ello o por muchas otras cosas, queridos amigos, me declaro enemigo acérrimo del amor domótico.

COMMENTS

0 Responses to Amor domótico.

Leave a Reply